Nada mejor que un encierro dulce para acabar las fiestas, y así ha ocurrido con el encierro del hierro de Aguadulce que ha cerrado el ciclo de encierros de Cuéllar, que se ha desarrollado dentro de la mas absoluta normalidad en el recorrido por el campo y los pinares. «It’s coming slowly» decía un fotógrafo americano a mi lado, y muy lentamente han realizado el paso por el puente de Las Máquinas, sin las galopadas de caballos de estos días pasados.
Foto: Ernesto Fernández
Así lentamente, han realizado también los novillos de Aguadulce el recorrido por el campo. Tan dulzura, que el único picante ha sido la velocidad en la bajada del embudo, en la que ha roto la carrera el novillo castaño, al que han seguido después el resto de la manada. Y con todos en la canasta, esta jornada los corredores han disfrutado en las calles, con bonitas carreras a lo largo de todo el recorrido, ya que el encierro de Cuellar va mas allá de la emblemática calle de Las Parras.
Esta jornada en Cuéllar había corredores de Sanse, Alcalá de Henares, Aranda, Roa de Duero y de la sierra madrileña. Y el dato a destacar de este ciclo de encierros es que no ha habido heridos. El único incidente ha sido la entrada de un caballista en la primera parte del recorrido, y esta jornada «con el trabajo bien hecho» si ha habido vermut de los caballistas.
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