Olmedo cerraba este 10 de octubre su ciclo de encierros con el tradicional encierro en honor a la Virgen de la Soterraña, en el que los toros de San Miguel dieron juego y espectáculo tanto para caballistas como para los corredores. No fue fácil encerrar a los de la divisa gaditana, que no quisieron saber nada de los mansos, y realizaron el recorrido por el campo en solitario hasta llegar a la entrada de la villa de uno en uno, menos el último que se escapó (a punto de alcanzar cruzar la carretera de Madrid), y no pudo ser encerrado.
Pero de los tres restantes, el primero de ellos dio un sensacional juego arrancándose a los caballistas, hasta conseguir ser encerrado en las calles. El segundo fue mas para los corredores, que fueron tirando del toro por la carretera de Matapozuelos, y el tercero que entró arropado por los mansos llegó casi sin fuerzas a las calles de la villa, y los pastores y corredores fueron tirando del toro hasta llegar a la plaza de toros.
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