Cuentan los libros de historia de la existencia de un capitán español, el capitán Cuéllar, que fue uno de los pocos supervivientes del naufragio de los navíos de la armada española frente a las costas del Reino Unido, en lo que se describe como uno de los mas negros episodios navales de la historia española, la derrota de la armada Invencible.
Pues bien, pasados ya casi cinco siglos de aquellos avatares y desdichas de nuestro capitán, ha desembarcado desde hace unos años en la villa otro «capitán«, en este caso inglés, cautivado por nuestra mas antigua tradición, los encierros de Cuéllar. Se trata de Alexander Fiske- Harrison, un británico, heredero de una familia aristocrática y con antepasados en el ejército de su Majestad, que sin armas ( unarmed) ha conquistado, a su vez, la villa de Cuéllar.
Y lo la hecho, con total naturalidad, rodeado de un grupo de amigos, que tienen en común su pasión por el mundo de los toros y mas, en particular, por los encierros. Harrison es uno de los pocos ingleses que se ha puesto delante de un toro y, después de esa experiencia, dejó a un lado la muleta y escogió el periodismo para escribir ( The Financial Times) sobre su gran pasión por los encierros, como tradición única, que no tiene ninguna raíz en la cultura del mundo anglosajón.
Se puede decir que Alexander es nuestro Hemingway particular. Luce porte aristocrático y viste casi siempre una chaqueta rayada color burdeos, en la que ya se empieza a notar el paso del tiempo y las costuras. El es un habitual también de los sanfermines, pero estos días nos decía, que se había dado cuenta que el encierro de Cuéllar «se ajusta mas a mi estilo de corredor» ( It’s my perfect style ) y en cuestión de estilo, cada mañana ha corrido los encierros, enamorado de la subida de las Parras, para situarse, casi al final de la calle, delante del toro, y aguantar su velocidad.
No se considera una estrella, no le gusta ponerse etiqueta, aunque corre con un estilo particular y es asesor en la City londinense, y como todo británico siente una gran pasión por la cerveza. Pero como corredor nos contaba, que él junto con Bill Hillman y sus amigos ingleses y americanos que le acompañan, se sienten como auténticos guerreros (warriors) delante de la cara del toro. Y ya ven ustedes, hemos empezado estas líneas hablando de la historia de un capitán español, el capitán Cuéllar, y nos conquista un capitán ingles, el capitán Fiske-Harrison. Cuestión de estilo.
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