Tendido de sombra.
Fernando Adrián puso el colofón a la feria taurina de Cuéllar abriendo la puerta grande tras cortar cuatro orejas en la tarde de su presentación en la villa cuellarana. El madrileño ha sido el triunfador de un ciclo que ha caído a mínimos desconocidos dada la escasa afluencia de público a los tendidos en esta edición de 2023.
La feria ha venido a menos en estos últimos años, ha tocado fondo, y ello obligaría a realizar una profunda reflexión ya que la fórmula actual, como se ha demostrado por la escasa respuesta del público, es un rotundo fracaso.
Fotos: Fermín Rodríguez. Fernando Adrián
Dicho esto, los pocos que acudieron al último de los festejos disfrutaron de una bonita tarde en la que Fernando Adríán demostró su condición de torero con aspiraciones, toreando con mucha firmeza ante dos toros muy nobles de Alcurrucén.
Por su parte, Ferrera dejó detalles y la esencia de sus maneras, cortando una oreja en cada uno de sus toros para salir con el madrileño por la puerta grande y el torero local, con menos suerte, fue ovacionado.
1 septiembre, 2023
A un servidor público se le paga para realizar su tarea lo mejor posible,incluído en tema de festejos.los que tenemos en cuéllar,da igual el partido que sea,se limitan a la comodidad de ofrecer el mismo programa festivo cansino y aburrido año tras año sin la mas mínima variación.su obligación es aportar ideas nuevas,originales y entretenidas cada año y no hacen nada.ya no hay gente ni en el chateo,más preocupadas ya las personas en ahorrar para pagar la cesta de la compra.lo de las corridas de toros no es nuevo.la mayoría aborrece ver sufrir animales.españa ha cambiado pero los que mandan no se enteran.y luego hemos de ver con total vergüenza cómo se suben el sueldo sin preguntar a la gente.este es el país que tenemos y sabemos cuál es el problema.ELLOS
2 septiembre, 2023
Oferta y demanda. Para llenar la plaza habrá que poner los precios más bajos. Aunque se obtuviera la misma recaudación, a mitad de precio y llenando el doble, vas creando afición. Quizá merezca la pena pensarlo.