La jornada amaneció con niebla cerrada y no levantó hasta entrada la mañana en la Mata de Quintanar, a las faldas de la sierra segoviana. A casi mil metros de altitud, y al abrigo de la vegetación se crían los toros del frío del hierro del Marqués de Quintanar, y tras la bruma matinal se celebró en vísperas navideñas una de las faenas mas puras en la cría del toro bravo, un tentadero de reses a campo abierto.
Teniendo como fondo ese escenario surgió, y no es ninguna exageración, la magia del toreo de la mano de los matadores de toros, José Ignacio Uceda Leal, Javier Herrero y el sevillano Esaú Fernández. Los tres diestros afinan su preparación de cara a la próxima temporada, y lo demostraron con creces derrochando torería a raudales en el campo. Uceda con su toreo puro vertical, el cuellarano Javier Herrero con temple y firmeza, y el sevillano con la mas pura esencia del sur. Los tres nos hicieron disfrutar de la mas pura esencia del toreo en plena naturaleza.
Y no es ningún cuento de Navidad. A las faldas de la sierra «se obró el milagro» de la mas pura esencia del toreo Como se hacía en otros tiempos, midiendo la bravura de las reses a campo abierto, y después en la muleta. Lo que viene a demostrar, como se puede comprobar en las imágenes, toda la magia y el encanto del toreo en el campo. Y todo ello en puertas de la Navidad. Que mas se puede pedir. Busquen ustedes la belleza en esas imágenes.
Así con una cuidada selección se crían las reses del Marqués de Quintanar, de la mano del ganadero Ricardo Muñoz y su mayoral Jorge Gómez . Y por lo visto en el campo este hierro ganadero, al igual que ya ha conseguido con su rama de Domecq, ha encontrado la llave de la recuperación del antiguo hierro de de Carlos Nuñez, del mas puro origen Rincón. Ricardo, «El Roscas», el de Carbonero tiene la clave. ¡Enhorabuena!
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