Nos levantamos por la mañana y miramos por la ventana según costumbre fija; a ver qué tiempo hace hoy. Sol. Todo parece tan normal que sobrecoge, pero las calles están vacías… El pulso de la rutina se ha detenido, sin embargo, esa calma es solo aparente porque en realidad estamos más pendientes de los demás que nunca.
La comunicación interpersonal ha cambiado: los paquetes aparecen en las puertas y, si acaso, y por un breve instante, nuestras miradas coinciden, un breve saludo, pulgares arriba y hasta otra.
La misericordia, esa virtud que, en mi opinión, se juzgaba como debilidad en nuestra sociedad si no era a lo grande, se pone en valor en nuestros días mediante los detalles pequeños: hacer la compra a los ancianos, estar pendiente del que vive solo, organizar a la gente para unificar fuerzas, colaborar con lo que podemos o tenemos en casa, revolver en los armarios para buscar un trozo de goma que hace falta…
Nos hemos dado cuenta de que no podemos esperar que caiga el maná del Papá Estado para alimentarnos, o cuidarnos, o protegernos. Nos estamos haciendo autónomos porque la situación lo demanda así. No esperamos a que llegue la ayuda y abrimos nuestro propio paraguas.
En Navas de Oro se ha entendido muy bien de qué va esto y cuáles son los riesgos que corremos, que son muchos. Me siento orgullosa de vivir aquí y de poder pertenecer a este gran proyecto de personas que sin más colaboran económica y personalmente sin poner trabas a nada, sino toda su disposición.
Todo ello liderado por el médico del pueblo, que es el que va
diciendo que tipo de material es necesario para cubrir las necesidades de nuestro personal sanitario, personal de residencias etc.
Un proyecto compuesto por:
• un grupo de mujeres que no dudaron un momento en ponerse manos a la obra, y que aún siguen a pie de máquina
• modistas improvisadas que se han sumado a la causa común.
• A los que buscan y rebuscan material, gracias por los tubos: Servirán para hacer viseras que protegerán a quienes nos cuidan.
• A esta gente maravillosa que ha tenido la idea de unificar recursos económicos y humanos, creando una cuenta bancaria donde todos los que quieran, vecinos y no vecinos de Navas de Oro, hagan su donación y así poder seguir comprando todo el material necesario.
• Negocios y empresas locales y de la zona y a todos aquellos vecinos que estáis dándolo de corazón.
Queremos que todos nuestros sanitarios, personal de las fuerzas de orden público y el resto del personal que cuida a nuestros mayores estén protegidos frente a este virus para frenar los contagios y salir de esta crisis sanitaria más reforzados y unidos que nunca.
Hasta el momento, se han elaborado más de:
500 batas
600 pantallas protectoras
2000 mascarillas reutilizables y desechables
1000 gorros (donados x una empresa)
300 delantales
Opinión: Nuria Alonso
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