Dos naveros, Celia Barbado y Rubén Fernández Maroto, han recorrido este fin de semana mas de 406 kms, para volver al Monte Ezkaba, en un viaje que han repetido en distintas ocasiones estos últimos años, para recuperar la memoria de los segovianos fallecidos en la prisión del conocido como fuerte de San Cristobal. A este penal fueron trasladados mas de 200 presos políticos desde la cárcel de Segovia y 42 de ellos murieron allí.
Celia Barbado, de 87 años de edad, ya realizó ese viaje en su niñez para visitar a su padre, que estuvo encarcelado en ese penal hasta su liberación posterior en la posguerra. Y ha regresado de nuevo para asistir a la presentación del libro «Tejiendo redes», de Amaia Kowasch, en el que destaca la labor de las mujeres que fueron capaces de crear redes de apoyo a los presos políticos del fuerte del monte Ezkaba durante la guerra civil y la posguerra.
El libro cuenta entre otros muchos los testimonios de Celia, que con 5 años vivió como su padre era detenido en 1936 en Nava de la Asunción y lo llevaron primero a la cárcel de Segovia, para trasladarle luego al penal de Pamplona y finalmente a El Escorial para la construcción del Valle de los Caídos. Kowasch ha recuperado en el libro las vivencias de mujeres como Celia, ya que según señalaba en la presentación «lo que no se nombra, no existe», y «si no existe es muy difícil que podamos llegar a tener futuro». Y por ello ha puesto nombre a estas mujeres, recuperando sus recuerdos… para así comprender nuestra historia.
Celia conserva en su memoria, el largo viaje en compañía de su madre siendo niña para visitar a su padre. Y en el monte Ezkaba, y los cementerios de los pueblos de esta zona situada muy cerca de Pamplona acogen los enterramientos de los presos que fallecieron en este penal y de aquellos que murieron tras su fuga de la prisión. Mas de 200. Entre ellos los de seis de Nava que murieron allí. El de la localidad de Loza, se encuentran los restos de Cipriano Fernández, los de Agustín de Lucas en el de Oteiza, y los de Ángel Sanz y Vicente Maroto en los cementerios de Ballaraiain y Artica respectivamente. Los restos de Luis Cubo se localizaron en el cementerio de Las Botellas y se trasladaron a Nava, y el de Demetrio Bercial no ha aparecido.
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