La Rosi «nos dejó»
Cuando se intenta solo se puede escuchar tu propia voz como un susurro cargado de melancolía que tiende a divagar por el sendero de las palabras perdidas. Como una reflexión en la que los argumentos pierden peso según pasa el tiempo y aflora la necesidad de dar por finalizada la conversación venidera que jamás se producirá o el despertar redentor con alguna noticia que aminore la pérdida. La Rosi se fue. Una mujer de excepción. Su...
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