Ruben Sanz dibujó en Cuéllar el toreo al natural
Transcurría la tarde como si nada. Y llegada la faena de muleta del sexto toro de la tarde Ruben Sanz se echó la muleta a la mano izquierda y la mandó parar. Erguida la figura, cual estampa de otro tiempo, mostró la muleta al de Santa Coloma para provocar la embestida, aguantó las brusquedades del toro, y obró sencillamente el milagro. El cárdeno tragó, metió la cara y se puso a torear. Fueron unos pocos muletazos. Unos pocos, para...
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