La vida es de color de rosa. Cayetano se vistió de dulce, con un terno rosa palo, y recordó ayer sus orígenes en Arévalo para cortar tres orejas y salir por la puerta grande acompañado de Ginés Marín y El Fandi.
Haciendo honor a sus apellidos, exhibió un toreo muy firme y con mucho mando ante dos buenos ejemplares de Nuñez del Cuvillo. El hijo de Francisco Rivera respondió a la clase de los de la divisa gaditana con muletazos muy largos y profundos, bajando mucho la mano, y rematando las series con pases de pecho monumentales.
De sus muñecas salieron los mejores muletazos de la tarde. Con mucho temple en su primero en el toreo al natural, llevando en todo momento muy embebido en la muleta al de Nuñez del Cuvillo y brilló especialmente en su segundo, que no se cansaba de embestir, rematando la faena por abajo, con muletazos de mucho poderío.
Además, el torero de dinastía estuvo muy bien con la espada, matando a sus dos toros con dos estoconazos, que le sirvieron para cortar tres orejas y salir por la puerta grande. Lo hizo junto a Ginés Marín, que estuvo sobrado ante los dos ejemplares que le tocaron en suerte, cortando una oreja en cada toro, y El Fandi, que brilló especialmente en banderillas.
Todo fue de color de rosa en Arévalo, menos la entrada. La respuesta del público fue muy floja y tan solo se llenó la mitad de los tendidos, pero la gente salió contenta y disfrutó con una corrida muy desigual de presentación de Nuñez del Cuvillo. Al quinto de la tarde se le dio la vuelta al ruedo.
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