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Víctor Barrio rozó el triunfo en la plaza de «Las Ventas»

Víctor Barrio en un momento de su faena al segundo de la tarde.

Víctor Barrio en un momento de su faena al segundo de la tarde.

No pudo ser. Salió Víctor Barrio a por todas en Madrid en el Domingo de Resurrección y, sin embargo, le tocaron en suerte los dos peores toros del encierro de Martin Lorca. Una corrida que tuvo tan solo un toro con hechuras de embestir y le sirvió a Eugenio de Mora para cortar la única oreja de la tarde. El torero de Sepúlveda estuvo muy firme y dispuesto toda la tarde, y a base de exponer consiguió  dar una vuelta al ruedo después de una faena de poder a poder en el último del festejo.

La corrida no fue lo que esperaba y además le tocaron en suerte los dos toros mas feos de la tarde. El primero, sin hechuras para una plaza de toros como la de Madrid, se derrumbaba al segundo muletazo,  y el de Sepúlveda bastante hizo con intentar un esbozo de faena y arrancarle algún muletazo aislado, pero el intento fue imposible y se chocó con las nulas condiciones del animal.

El segundo tampoco hizo cosas buenas de salida y aún así consiguió atemperar su embestida y dejar su sello personal en dos medias con mucha verticalidad y un remate con una revolera. El toro era lo que se dice un tío, muy alto y serio, pero sin  hechuras a priori de embestir, y sin embargo, Victor Barrio pudo con el de Martín Lorca . Le plantó cara entre las dos rayas y a base de exposición le consiguió meter en la muleta y sacarle un partido que nadie se esperaba.

El torero de Sepúlveda rematando una serie con un pase de pecho.

El torero de Sepúlveda rematando una serie con un pase de pecho.

Y no solo eso. A base de mucha firmeza y poniéndose en el sitio, desengaño al toro  y le arrancó, una tras otra, series muy cortas, de dos/ tres muletazos, rematadas con unos soberbios pases de pecho. La faena llegó a los tendidos, por la firmeza y seriedad de Barrio, que pisó unos terrenos muy comprometidos, sin inmutarse. Y el segoviano casi rozó el triunfo después de una buena estocada ( hubo petición), pero el run run se quedó en los tendidos, que premiaron eso si con muchos aplausos el toreo de Víctor Barrio, que le sirvieron para dar una vuelta al ruedo en Madrid.

En uno de sus tweets previos al festejo el torero segoviano afirmaba que «a veces los sueños se hacen realidad». Esta vez no pudo ser, pero como se suele decir en esto del toro » el que tiene la moneda puede cambiarla». Y aunque en esta ocasión no pudo ser, a buen seguro que en la segunda cita que tiene por delante en la feria de San Isidro, con mejor suerte, puede cambiarla.

Dicho todo esto hay que señalar que Eugenio de Mora resucitó en este Domingo de Resurrección en Madrid, y cortó una oreja ante un toro al que supo encontrar el fondo, y midiendo muy bien el sitio y la distancia, le trazó una series de mucha hondura, bajándole mucho la mano, que calaron mucho en los tendidos. Fue primero una serie de mucho poder sobre la mano derecha, para después trazar una al natural y rematar la faena por el pitón derecho con mucha profundidad. Magistral Eugenio de Mora.

Opinión: Ignacio Montalvillo

Autor: Redacción Cuéllar

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