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Desde el mar de Pinares: Un mar de dudas

Mesa en un colegio electoral de Cuéllar.

Se acerca otra vez un día de Elecciones y los políticos van buscándonos a cada rato, cada tarde, cada mañana de domingo para volver a decirnos lo mismo con lo que llevan mareándonos los últimos meses …o los últimos años. Mientras tanto siguen ahí los mismos problemas, los mismos políticos y las mismas perspectivas, tan poco prometedoras.

Escucho, como todos, los cantos de sirena de cada garganta vociferante tratando de seducirme con sus promesas y argumentos. Pero después de tantos meses de aguantar a políticos incapaces de dialogar e incapaces de afrontar nuestros problemas, lo que me pide el cuerpo, como a muchos otros según veo, es mandarlos a paseo, por hablar fino, y quedarme en casa el día D. Sin embargo sigo escuchando las voces de aquí y de allá:

_No por votar muchas veces se deteriora el sistema. Las Elecciones son la fiesta de la Democracia. Ojalá hubieran tenido estas oportunidades nuestros abuelos.

_Los que no votan dejan que otros tomen las decisiones por ellos. Luego no tendrán derecho a quejarse.

_ Son todos unos ineptos, incapaces de gestionar nuestros votos y deberían dimitir los número uno de cada partido

_En todos los partidos hay gente buena, preparada, fiable y dignos de recibir tu voto. Hay que leer los programas y elegir bien.

_Ya les di mi voto hace unos meses y …¿qué han hecho con él? ¿Para qué vuelven a pedírmelo? Me desprecian. Se ríen de mí.

_Simplemente los voto con resignación, por ser el programa menos malo, y luego van diciendo que les he dado mi confianza y hasta que les he dado un mandato para no sé qué.

_También llegan los mensajes del miedo “Si tú no votas, ellos vuelven”. Son las amenazas del apocalipsis.

_Nos dicen que la culpa es nuestra porque hemos votado mal. Debemos repetir. Y van cuatro veces en cuatro años.

_Si la variedad de los votos son un reflejo de una sociedad variopinta y diversa ¿por qué no podemos tener políticos que sepan gestionar esa diversidad?

_Los políticos están para solucionar los problemas de la gente, no para crear problemas nuevos que debemos solucionar nosotros.

Y todavía hay muchas más opiniones. La campaña se promete tremendamente aburrida. El desinterés es grande. Mayor aún es el hastío y el cansancio. Pero no de la política, sino de estos políticos que nos martillean en cada telediario con frases hechas, eslóganes repetidos y nula capacidad de convicción.

Ahora todos hablan de España. Parece que la patria vende en el mercado electoral de estos tiempos. Tampoco por ahí me van a pillar. No sé lo que es ser patriota o buen español. Solo pido que cada cual pague sus impuestos y colabore así para que los servicios de los que todos nos beneficiamos puedan financiarse y llegar hasta donde sean necesarios. Ya hemos visto que los grandes patriotas, de boquilla, suelen tener sus cuentas en paraísos fiscales. Por eso nunca entiendo muy bien de qué hablan cuando pronuncian estas palabras tan gruesas.

Doy vueltas a estas cuestiones y las dudas continúan. ¡Qué puedo hacer?. ¿Abstenerme? Apoyo a los que se han beneficiado de la crisis. ¿Voto en blanco? Resto un voto a los partidos que supuestamente me representan. ¿Hago un esfuerzo y voto al programa que más me convence? Es desperdiciar el voto en una provincia pequeña. ¿Me tapo la nariz y voto a quien puede sacar diputados en mi provincia? Ya lo hice y me he arrepentido. ¿Voto por miedo a que se extienda el trifachito? Si lo democrático es votar por miedo a los otros, estamos apañados.

En fin. Ya sé que no soy el único sumergido en un mar de dudas. Cualquier solución es mala. Simplemente hay algunas peores. Yo votaría al partido que reconociera su responsabilidad en la repetición de las Elecciones. Al menos estaría seguro de apoyar a gente honesta. Pero…

Autor: Jesús Eloy García Polo

Muévelo

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