Noche mágica en San Esteban

Editado Por Jesús Eloy García Polo en Ago 1, 2020

Concierto de El Naan en Cuéllar.

Bajo la luz de la luna, en la Necrópolis de San Esteban, sonaron antiguas voces de druidas, chamanes, poetas y labriegos castellanos. Hector Castillejo y Carlos Herrero nos  trajeron , desde su pequeño pueblo de Tabanera de Cerrato, la magia de la poesía y la música que se guarda en viejos arcones y solo el reposo y el paso del tiempo la hace posible.

Escuchamos el sonido de antiguos cántaros de barro y de metal, diferentes flautas y pitos, el rugido de un gran cuerno blanco de buey negro, el temblor de una quijada de caballo, el zumbido de las prehistóricas bramaderas y los dulces sones de un acordeón y de un arpa de la sabana africana. Todos los sonidos ayudaban a encender la magia de las palabras en un acontecimiento que no pretendía ser ni un concierto, ni un recital de poesía, sino una puerta abierta para disfrutar de todo lo que podía ofrecer una noche de verano bajo la luz de la luna.

“La desaparición de las luciérnagas” era el texto central que fue hilando las distintas músicas y letras. Acaban de publicar el libro y es el resultado de la calma y el sosiego que los días de confinamiento trajeron a este pueblo de Palencia. “Unos se han hartado a ver series…, a nosotros nos ha dado por escribir y componer” Así se expresaban para presentarnos el resultado de esos días fecundos. En el fondo era toda una gran reflexión sobre el cataclismo que ha pasado sobre nuestras vidas.

Con una sencilla, pero hipnótica puesta en escena, consiguieron crear un ambiente que transmitía un saber antiguo recreado, desde la primera caverna hasta el último desván vacío de alguna casa de pueblo. Todo se encaminaba a concluir en estos últimos meses de aires raros que hemos vivido: “Cuando el ruido regrese, / dejarán de beber los corzos en las fuentes”. Es la vieja poesía y la eterna sabiduría traída a nuestros tiempos inciertos. Después de tanto sacrificio, de tanto dolor y de tanto sufrimiento … “Si todo sigue igual, no ha servido de nada”. Concluían