web analytics

Senderos de Otoño: Nacedero del Urederra

Si el bosque de Tosande con sus neblinas misteriosas presagiaba duendes y elfos, el bosque del Urederra llama a las hadas a un paseo de ensueño entre sonidos de agua y de pájaros. Así es este rincón de Navarra conocido como el Nacedero del Urederra. Es un río muy corto, de apenas 19 kilómetros, que lleva sus aguas al Ega, afluente del Ebro. Pero los cinco primeros son espectaculares. Hay que aclarar que Urederra quiere decir “agua bonita” en vasco. El río nace despeñándose desde una enorme pared rocosa. Estamos en la Sierra de Urbasa, un macizo kárstico que alberga un acuífero que hace brotar al Urederra. Hay agua en todo tiempo, incluso tras la inmensa sequía de este verano y otoño. El río va cayendo por cascadas, pozas y cortinas en medio de un valle calizo que da al agua ese color azul turquesa tan característico de este río. Es muy difícil encontrar ese color tan puro en otros rincones de España.

El recorrido es suave y bien señalizado. Está al norte de Estella, en el oeste de la provincia de Navarra, donde empiezan a levantarse las primeras sierras que anuncian el Pirineo. El lugar es el Parque Natural de Urbasa Andía y hay que partir del pueblo de Baquedano. El río se abre en un gran anfiteatro natural definido por la gran pared vertical de la Sierra de Urbasa. La zona representa el encuentro entre la baja Navarra y la Navarra pirenaica de lengua y cultura vascas. Está al lado del Montejurra, que ha sido y sigue siendo el santuario del Carlismo, evocador de todas nuestras guerras civiles, desde las del siglo XIX hasta la España de Franco. Pasando por aquí se tiene la impresión de que esta pequeña comunidad condensa toda la variedad de idiosincrasias, culturas y mentalidades de la ancha España. Desde la derecha más carlista, la de dios, patria y rey, hasta la izquierda más aberzale de Alsasua. Desde la hortícola ribera del Ebro hasta los profundos valles del Pirineo, guardianes de la cultura de los pastores vascos. Desde los dominios del Opus Dei hasta las cuevas de las Brujas de Zugarramurdi.

Será por eso que el Parlamento Foral es el más variopinto de las 17 comunidades, pero apenas trascienden problemas de entendimiento y de gobierno. Siempre terminan en acuerdos y eso hace que sea reconocida como una de las comunidades más ricas y con mejor calidad de vida. Sin embargo tampoco conviene olvidarse de los Fueros…mantenidos desde la Edad Media, como los del País Vasco, y que les permiten gestionar más recursos que el resto de comunidades. Por algo les envidian los catalanes y quieren volver ellos también a sus leyes medievales, que se apagaron en 1714.

Cuando se anda por aquí y por allá está bien dar un repaso a las historias pasadas para entender mejor las historias presentes. Luego, en el paseo silencioso bajo las hayas van fluyendo estos pensamientos entre el agua, las hojas y las hadas. El bosque es fundamentalmente de hayas que dan ese colorido de otoño tan típico de los valles del norte. También encontramos robles, arces, avellanos,,,y algunos tejos. Un colorido de verdes y ocres, donde, sin embargo, lo que más nos llama la atención es el azul turquesa del agua durante todo el recorrido. Un agua azul, intenso y transparente, como si anduviéramos por un cuento de hadas.

La senda es de las más visitadas en Navarra y por eso se ha limitado el acceso. Hay que solicitar la entrada por Internet, aunque se reservan algunas para la taquilla del acceso. El pase es gratuito, pero no conviene esperar a última hora, sobre todo si vamos en fin de semana.

Autor: Jesús Eloy García Polo

Muévelo

Comenta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.