La cantante argelina Nesrine Belmokh deslumbró al público cuellarano por el encanto y magnetismo de su voz, en un viaje que nos llevó por los distintos estilos musicales, de un lado y otro del Mediterráneo. Ese mar que une a las distintas culturas y pueblos que viven junto a ese mar «de Algeciras a Estambul», como cantara nuestro Joan Manuel Serrat.
Y en compañía de su «cello» nos llevó con la música árabe desde las playas del sur del Mediterráneo a la Costa azul para sumergirnos, segunda parada del viaje, en las melodías de la canción francesa, con una voz cautivadora. En ese viaje no estuvo sola. Lo hizo acompañada por el violonchelista francés Matthieu Saglio y por la maestría en la percusión del valenciano David Gadea.
Los dos son el complemento perfecto para la argelina, que cautivó al público cuellarano de principio a fin del concierto con su magnetismo y la magia de su voz . Nesrine cantó «La vie en rose» y puso el alma en temas con raíces del mas genuino soul, de tal manera que nos pintó de azul la fría noche de invierno. Y terminó el concierto cantando en inglés…If you don’t have to tell me anything…Tendría tantas cosas que decirte Nesrine.
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