El torero sevillano, Manuel Jesús El Cid, ha preparado su próxima presencia en la feria de Sevilla en la finca segoviana de Quintanar, toreando vacas de los dos hierros de la casa, el de Marqués de Quintanar y Los Derramaderos. Y además toreando de forma sensacional «a campo abierto», dejando muestras de «la profundidad de su toreo», que ha sido el santo y seña a lo largo de sus veinte temporadas como matador de toros.
El Cid, que atesora la zurda más poderosa del toreo, hará el paseillo la próxima semana en Sevilla y en tierras segovianas dejó su particular sello toreando para sí mismo y para unos pocos que tuvieron hasta que reprimir los aplausos, porque aquello era un tentadero. El sevillano toreó con tanta pureza que «sin tener nada que demostrar» demostró que aún le quedan muchas cosas que decir en el toreo en esta temporada de su despedida de los ruedos.
Tardes doradas con El Cid con una vaca del hierro de Marques de Quintanar Jorge Alanos Estribo de Mayoral
Publicada por Ignacio Montalvillo en Miércoles, 1 de mayo de 2019
El sevillano estuvo exquisito en todos los aspectos y en la sobremesa fue un placer escuchar sus palabras a cerca del toreo. Recordamos aquel toro de Peralta en Cuéllar, y quien ha puesto patas arriba los templos del toreo confesaba abiertamente «no se puede estar bien todas las tardes» «hace falta que el toro ayude». Y ayudaron de buena manera el novillo y las vacas del hierro de Quintanar y disfrutamos de una tarde dorada del Cid. Tanto que se puede decir que «hay que pasar por Quintanar para torear bien en Sevilla».
El toreo del Cid es de «pata negra » y habría que cantarle en su última tarde en La Maestranza al compás «si tu te vas…yo me quedo en Sevilla hasta el final». En el tentadero también participó el madrileño Javier Cortés, que dió muestras de un toreo con un gusto y un temple exquisito, que sale del concepto habitual en el toreo. Cortés apunta alto. Que así sea…
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