Camino de Francia, La Junquera y… , nada más cruzar la frontera, nos aparece el nombre de Collioure. Por aquí pasaron a Francia casi cuatrocientos mil españoles que en el invierno de 1939 huían de las tropas franquistas que se acercaban a Barcelona. Es la imagen de los refugiados de todas las guerras, en todos los tiempos. Desgraciadamente vuelve a ser actual en estos días. Y ya estamos en el siglo XXI.
Antonio Machado con su madre y su hermano fugitivos vuelven a nuestra retina cada vez que vemos hoy a los refugiados sirios llegar a las costas de Grecia. Los republicanos españoles fueron tan mal recibidos por el gobierno francés como hoy son recibidos sirios y afganos por los gobiernos europeos. Entonces los alemanes estaban ya amenazando Francia y el débil gobierno francés no se atrevió a tomar decisiones para acoger a los que llegaban.
En pleno invierno los refugiados españoles permanecían enfermos y ateridos de frío en la playa de Collioure, hoy tan turística y animada. La familia Machado fue acogida en el Hostal Quintana, aún sabiendo que nunca podrían pagarles. Machado murió de neumonía el día 22 de febrero y su madre, de 88 años, tres días después. Este rincón sigue siendo lugar de referencia para los españoles que tienen algo que aprender de la historia que nos dejaron los republicanos. Siempre hay flores frescas y visitas emocionadas. Lo peor de todo es que hoy la historia continúa escribiéndose con los mismos dolores y sufrimientos.
“Estos días azules y este sol de la infancia”. El último verso que dejó escrito Antonio Machado pasa por encima de todo ese sufrimiento y quiere huir de la tristeza que acompañaba a los refugiados. Nunca imaginaría, como profesor de francés, que “el día del último viaje” le llegaría en Francia y que en francés serían sus últimas palabras, “Merci, Madamme”, para la señora que lo acogió en el Hostal.
En la historia vemos monumentos, bellezas artísticas, pueblos, personajes, batallas, crueldades… pero sobre todo vemos lecciones para poder seguir evolucionando como humanos, por encima de sangres, credos e ideologías, es decir, por encima de la barbarie.
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