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Colores de otoño (5): Hay que recuperar la Senda

Creo que está bien terminar este recorrido por los colores del otoño en la propia tierra, apreciando y valorando lo que tenemos aquí. Siempre es la base para saber disfrutar de las otras bellezas del mundo, cuando nos vamos de casa.

La Senda de los Pescadores ha conocido tiempos mejores. El río, los chopos, alisos y sauces continúan tan coloridos como siempre, pero la Senda propiamente dicha ha perdido atractivo, belleza y mucha seguridad por el deterioro de las riadas del otoño-invierno pasado. Cuando había conseguido darse conocer entre los buscadores de un turismo más natural y ecológico, la naturaleza ha venido a recordarnos que todo fluye, todo cambia, todo se mueve… sobre todo las riberas arenosas del río Cega. La erosión de los taludes que enmarcan el río es constante en este tramo tan encajado del río, desde Sotocivieco hasta Los Barrancales. El río sigue vivo, se hunde cada vez más, buscando un lecho de arcilla firme, más abajo de las arenas de la Tierra de Pinares. Los árboles que sujetan las orillas arenosas terminan cayendo ante la fuerza de las grandes crecidas, Con ellos, poco a poco ha ido desapareciendo el trabajo de consolidación de la Senda de bastantes años. Han desaparecido escaleras, pasos y pasarelas. Se han quedado inaccesibles puentes tibetanos… Hace ya tiempo que se cerró el Tramo 7 por un gran deslizamiento de tierras. Luego se bloquearon el 4, el 5 y el 6. Ahora los tres primeros tramos son transitables pero en medio de carteles con serias advertencias. ¿Tenemos que esperar “hasta nueva orden”, como reza el cartel amenazante?

Senda de los pesacdores.

Senda de los pesacdores.

A lo largo de los años el Ayuntamiento, a través de diferentes grupos de Escuela Taller o de brigadas subvencionadas por la Junta, ha ido manteniendo la Senda en un estado transitable. Los últimos envites de la naturaleza han sido más fuertes y obligan a plantear soluciones más estructurales. Ya no se puede estar haciendo arreglos de unos miles de euros cada año, para que la siguiente riada lo eche todo a perder. Es hora de plantear una intervención más firme, estable y duradera. Por supuesto, más cara y con la necesidad de más ayudas. ¿Para qué sirve la Junta de Castilla y León? ¿Quién debe tomar la iniciativa?

La Senda de los Pescadores recorre desde hace varias décadas un bosque de ribera muy rico y bien conservado. En la meseta, junto a los escuálidos ríos castellanos, seguramente hay muchos bosques parecidos, pero muy pocos con tal biodiversidad y con tal facilidad para recorrerlos y disfrutar andando al lado mismo del agua.

 

Ribera del Cega

Ribera del Cega

Es un bosque de galería perfecto donde nos llaman la atención los chopos, los alisos y los sauces que vuelcan sus ramas sobre el agua, pero la variedad de especies es casi infinita en este corto recorrido. Los avellanos enmarcan el camino en los tramos que ahora han quedado cerrados, pero también encontramos endrinos, enebros, espinos… Recientemente estamos viendo desaparecer los pocos abedules que se mantenían, extraños relictos del pasado en este ecosistema mesetario. Ya solo quedan algunos en los tramos más altos de la Senda. Son riquezas y tesoros que nos encontramos aquí mismo, al lado de casa.

Para mantener y disfrutar de toda esta biodiversidad hay que reclamar (y bien sabemos a quién corresponde) que se reestructure el recorrido de la Senda de los Pescadores con intención de consolidar el camino por unos cuantos años y que sobreviva a los avatares de la naturaleza.

Bosque de ribera.

Bosque de ribera.

Hay ejemplos de rutas naturales firmes y bien consolidadas; la última que he visto se encuentra en Las Batuecas, en Salamanca. Tiene tramos casi volados, sujetos de distintas maneras, con fuertes y profundos anclajes al suelo. Seguramente son soluciones caras, pero merece la pena, porque hemos visto que las actuaciones anuales son como tirar los euros al río. Esto sí que es caro. Después de la experiencia de tantos años y tantos arreglos hay que pensar en algo duradero, porque la Senda lo merece. Es un tesoro ecológico en medio de estos páramos. El recorrido es inolvidable, para nosotros y para los que llegan de fuera. Es un oasis de verdor y de biodiversidad en el áspero y monótono paisaje mesetario.

Todos sabemos a quién corresponde la tarea de promover y llevar a cabo la consolidación de esta Senda. Es hora de ir empezando.

Autor: Jesús Eloy García Polo

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