Querido Felipe, ya ves que la situación política se está complicando demasiado y el horizonte se adivina negro, negro. Tras las elecciones pensábamos que los tres nuevos jóvenes políticos serían capaces de reflejar en un gobierno la realidad de la variada y rica sociedad española. Ya hemos visto que no. Por el contrario, se han enredado en un juego de egos que les han llevado a un diálogo de chulos de bar de pueblo, donde cada uno acusa al otro de culpable y de traicionar a sus electores.
Pensábamos que había llegado una derecha moderna, sin sombras del franquismo, con flexibilidad y frescura. Pero hemos visto que arrastran los mismos fantasmas que el Partido Popular, cuando se trata de hablar con la nueva izquierda. Deberían recordar a la vieja UCD de Suarez, que no tenía ningún problema en negociar con el Partido Comunista de Santiago Carrillo, bajo los aullidos de la Iglesia y del viejo régimen. Por otro lado, esa nueva izquierda ha derivado hacia un personalismo intransigente y un populismo aprendido en Facebook. El líder del PSOE, que debiera unir los dos extremos ha ejercido de bedel de los barones y baronesas de su partido, que no le han dejado ninguna posibilidad de negociación. Cada línea roja citada refleja una incapacidad manifiesta para negociar y entenderse. ¿Qué significa negarse a hablar del Referendum en Cataluña? Hace cuatro años, cuando llegó Rajoy, había un 25% de apoyo independentista. Hoy se acerca al 50%. Está claro que hay un problema y que hay que enfrentarlo, no rehuirlo. No sabemos cuál es la solución, pero ¿esperamos otros cuatro años para que el apoyo independentista sea del 75?
Como español de a pie me dirijo a usted y le pido con la voz de Serrat: “se sirva tomar medidas/ y llamar al orden a esos chapuceros/ que lo dejan todo perdido/ en nombre del personal/ pero hágalo urgentemente/ para que no sean necesarios/ MÁS HÉROES, NI MÁS MILAGROS/ pa´adecentar el local”. Felipe, bien sabe usted que casi el 100% de los españoles no queremos que se repitan las Elecciones. Ya hemos votado, con toda la seriedad del mundo. España es así y así debe ser su gobierno. Si estos tres políticos no son capaces de hacerlo realidad deben marcharse por su incapacidad y dar paso a otros con mejor disposición. La situación se ha enredado hasta llegar a formar un auténtico nudo “gordiano”, insoluble. Ante una situación de este tipo solo cabe una solución creativa. Solo haciendo cosas diferentes se pueden conseguir realidades diferentes.
Alejandro Magno, ante el nudo gordiano desenfundó la espada y lo segó por la mitad. El mismo Júpiter lo dio por bueno y le abrió las puertas de Asia. En la mano del Rey de las Españas está el buscar una alternativa diferente. Hay buenos políticos españoles que han demostrado ser eficientes en su trabajo, honestos en política y abiertos a los planteamientos de los otros. No hace falta ser diputado para presidir un gobierno. Puede usted llamar a algún político diferente, cortando el nudo gordiano. Podría nombrar a Angel Gabilondo, un ministro que pasó todo su tiempo dialogando y negociando, sin llegar a modificar ninguna ley porque no encontró el consenso suficiente. Le hablaría también de Manuela Carmena que aúna en Madrid propuestas muy distintas y que navega con elegancia en un equilibrio diario, a pesar de los berridos de la derechona mediática.
Con una propuesta de este tipo obligará usted a dejar a un lado los personalismos y los egos de los supuestos líderes. Quedarán desautorizados y se pondrá en evidencia su incapacidad. El nuevo responsable alternativo deberá empezar a hablar de un programa, con medidas y propuestas concretas, sin color y sin apellido. No será un programa de Ciudadanos, del Psoe o de Podemos, sino un programa de todos, negociado, específico y muy concretado… para un tiempo determinado. Los nombres llegarán después. Primero el qué, luego el quién. No nos importa, por ejemplo, quién va a tomar las medidas en Educación, nos importa el contenido de esas medidas.
España está cambiando. Su diversidad es una riqueza más. Así debe ser su gobierno. Debe usted buscar políticos con capacidad de diálogo y horizonte abierto. Así es la España de hoy. Pasaron los tiempos del Imperio monolítico. Necesitamos una propuesta creativa de un rey inteligente. Un afectuoso saludo.
Desde el mar de Pinares: Jesús Eloy García Polo
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