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Locos fotógrafos en Islandia

Los cuellaranos con sus trípodes y cámaras.

Ya sabía yo que venía con unos amigos locos por la fotografía, pero nunca me imaginaba que era tanto. Eduardo, Juan Carlos y Jon (que ya tiene nacionalidad cuellarana) están reñidos con el sentido común y con cualquier planteamiento razonable. Locos de atar. A las cinco de la mañana ya estábamos recorriendo las carreteras de la península de Snaefellness, en el noroeste, esperando que los viejos dioses vikingos nos iluminaran el cielo con luces verdes. No fue así y, sin embargo, nos regalaron un amanecer frío de temperatura pero cálido en colores, junto a las cascadas del pico Kirkjufell.

A partir de ahí todo ha sido locura. Un desayuno “de trabajo” y vuelta a la carretera para aprovechar el día soleado rodeando la península de Snaefellness. Hay que reconocer que un día tan maravilloso en Islandia hay que aprovecharlo a tope. Hemos subido volcanes, recorrido playas, hemos visitado iglesias y cementerios…Hemos visto la primera nevada que ponía un ligero tul blanco sobre estas montañas y hemos despedido al sol con unos espectaculares reflejos de esas montañas en una laguna que no invitaba al baño, precisamente.

La pasión hace olvidar el hambre, la fatiga y hasta el whatsapp. Islandia sorprende siempre y ésa es su riqueza. Constantemente puede cambiar el clima, la luz, el paisaje y los vientos. Siempre hay algo diferente ante el objetivo y siempre hay un loco que nos hace cargar con los trípodes para volver a hablar de diafragmas, filtros ND y tiempos de exposición. Al final del día nos sentimos muy satisfechos de un día tan intenso.

  • Fotos: Jesús Eloy García

Islandia es una isla de formación muy reciente ¡solo 16 millones de años¡ dicen los geólogos. Por todas partes los conos y las coladas volcánicas más recientes nos recuerdan que la Tierra sigue en construcción. Esta es la zona más viva del planeta. Se asienta sobre un gran punto volcánico caliente en medio de la dorsal noratlántica que continúa separando Europa y América. Aquí aflora esa grieta que se abre 2,5 centímetros cada año.

Viendo las inmensas áreas desoladas, cubiertas por campos negros de lava con escasos musgos y líquenes es difícil hacerse a la idea de que alguien pudiera considerar estas tierras como un lugar para vivir. Los primeros pobladores fueron monjes irlandeses que se establecieron aquí buscando el retiro del mundo y huyendo del pecado. ¡Y a nosotros nos parece muy alejada la ermita de San Frutos! Aquí sobrevivieron desde el siglo VII hasta que fueron llegando los primeros noruegos 200 años después huyendo de la tiranía de sus reyes. Contemplando este paisaje resulta increíble que alguien pudiera sobrevivir a estos inviernos. Parece que estas gentes se han forjado a base de penalidades climáticas, catástrofes volcánicas y hambrunas que diezmaban a la población cada poco tiempo. Analizando estas historias valoramos mucho más la envidiable situación socioeconómica que hoy han conseguido. Quizás tenga algo que ver que ya antes del año 1000 organizaron el primer parlamento democrático de Europa, el Alping, donde cada año se reunían los representantes de las comunidades para organizarse y hacer cumplir sus propias leyes. No había reyes, ni nobles, ni grandes propietarios. Quizás se les haya quedado marcado esto en su adn.

La zona que hoy hemos recorrido está apartada de las rutas turísticas, pero aún asi ya hay japoneses por todos los rincones de este país, que parece que se ha puesto de moda en Japón. Siempre paran donde ven a alguien parado…por si acaso hay foto. No es un chiste, podemos parar a mear y enseguida para un coche de japoneses a ver… También encontramos algunos españoles, igual de locos por la fotografía que estos amigos míos que no me dejan parar. Ahora es una época de visitantes muy especializados. Por los rincones más insólitos aparecen gentes con trípodes. Cada loco con su tema.

Autor: Jesús Eloy García Polo

Muévelo

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