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Patagonia (9): Viajar a lo desconocido

Epílogo. ¿Por qué viajamos?

El viaje siempre ha estado unido al mito, a todo lo que otros más sabios nos han contado. Por eso está unido unido a la poesía, a la música y al arte. El viajero quiere conocer sobre la vida de los otros, de los del presente y de los del pasado.

Siempre ha sido un privilegio poder viajar. También hoy. También para mí. Pertenezco al mundo rico, donde no hay hambres, ni guerras y puedo elegir irme de viaje casi donde quiera. Tengo un pasaporte que me abre las fronteras. La mayor parte de los habitantes del planeta no pueden decir eso. Soy un privilegiado. Para  buena parte de los ciudadanos del mundo se levantan muros y fronteras por todas partes. Estamos llenando el mundo de alambradas. Antes las levantábamos para señalar nuestra propiedad privada. Ahora las colocamos para defender nuestros países como privados.

El viaje en patera no es una opción. Es una necesidad para seguir viviendo. También eso es un viaje y forma parte de la historia continua de los viajes por migraciones que han existido desde que el primer sapiens salió de África. Hemos sido nómadas durante cientos de miles de años. Solo hace unos diez mil años que empezamos a ser sedentarios y a establecernos en una tierra.  Pero nos sigue habitando un espíritu nómada que nos lanza al camino cuando necesitamos buscar una vida mejor. 

Nómada es el que va a una ciudad a buscar empleo. Nómada es que el que se va a Alemania o Inglaterra buscando un trabajo mejor, dejando atrás su familia, amigos y la tierra que le vio nacer. Son tan nómadas como el que se embarca en un cayuco en las costas de Senegal buscando una vida mejor. Las condiciones y las circunstancias varían pero les mueve el mismo corazón nómada con el que salimos de África.

Ahora los viajes se llaman turismo. El turismo masivo nació como un producto más de la industrialización. Todo tiene un precio. El turismo va destruyendo todo cuanto alberga alguna  belleza. Va convirtiendo los lugares más bellos en un simple parque temático. Da igual que se llame Venecia, Barrio Gótico de Barcelona o Caminito del Rey. Todo será una mercancía puesta en el mercado para obtener unos beneficios.

En los viajes de nuestras agencias las imágenes han sustituido a los mitos. No viajamos por las historias de héroes que nos han contado sino por comprobar que son reales las imágenes que ya hemos visto previamente. Las imágenes matan la imaginación y el sentimiento. Simplemente trabajan con emociones básicas y baratas. Viajamos para poder decir “yo estoy aquí”, que es lo que transmite cada uno de los millones de selfies diarios enviados desde los diferentes lugares “que no te puedes perder”.

Viajar no es irse de vacaciones, que solo es la manera industrial de recuperar fuerzas para seguir produciendo. Viajar no es hacer una escapada, porque quien viaja no huye. Viajar no es comprar experiencias enlatadas porque la curiosidad y el descubrimiento están muertos. Viajar no es cargar las pilas porque siempre hay que partir con la energía a tope. Viajar no es tomarse un respiro, porque un buen viaje te deja agotado.

Viajamos por alimentar el espíritu nómada que habita en nosotros. La curiosidad mueve ese espíritu. Viajamos aceptando un desafío entre lo conocido y lo desconocido, entre la seguridad y lo imprevisible. Viajamos sobre el filo de la navaja que separa lo controlado de lo inverosímil, entre lo atractivo del placer que produce y el miedo a lo desconocido.

Me gusta andar por lugares que no sufran mucho ruido mediático. El mundo es muy grande. Todavía. Las redes sociales con sus mil tentáculos se encargan de reconducir el turismo masivo a lugares concretos que, para su desgracia, van perdiendo y vendiendo el encanto que un día los hizo únicos. Da igual una solitaria cala en la Costa Brava, la Fontana de Trevi en Roma o un templo en Bali. Todo se va convirtiendo en parque temático.

Pero el planeta es grande y guarda mil rincones. Merece la pena buscarlos y pasar por allí, al menos diez minutos antes de que aparezcan en Instagram y los inunde el turismo masivo. Se viaja para mirar, para remirar y descubrir el mundo, para contar historias y sobre todo … para admirar y sorprenderse ante la maravilla de este planeta que habitamos.

Cuanto más se viaja más  se ensancha el alma, más grande es la patria hasta ser planetaria y más pequeño es el nacionalismo hasta desaparecer.

Yuri Gagarin realizó el primer viaje espacial el 12 de abril de 1961. Es el viaje más determinante de la historia de la Humanidad desde que un sapiens puso el pie fuera de África. Fue el primer paso hacia el Universo. Como no es americano nunca ha tenido ese reconocimiento. Cuentan (no hay certeza real) de que a su vuelta Gagarin hizo un comentario contestando a dos preguntas en rueda de prensa: no había visto a Dios en el espacio, pero tampoco desde el espacio se veían las fronteras que trazan y separan a los hombres. 

Esa es la verdadera perspectiva que da un viaje. Precisamente los dioses y las patrias han sido siempre y siguen siendo el origen de todas las guerras con las que hemos convertido a lo largo de la historia nuestro verde y acogedor planeta en una carnicería constante. 

En el video anterior recogía una sencilla pintada que fotografié en Puerto Montt. Decía: “¿De qué está hecha la patria?” Ayer, leyendo a Simone Weil, encontré una respuesta convincente y demoledora: “la patria no tiene más contenido que millones de cadáveres, huérfanos, desesperación, lagrimas. Habría que suprimir la noción misma de patria” (El poder de las palabras).

Todos, sobre todo los políticos y militares, deberíamos contemplar cada mañana esa imagen de nuestro planeta Tierra, verde azulado como una perla, flotando majestuoso sobre el espacio infinito…  Tras un minuto de silencio, ¿quién se atrevería luego a trazar una frontera o levantar una alambrada, a invadir otro lugar, a robar los bienes de otros hermanos terrestres o a esquilmar los mares y las tierras que son nuestro hogar, nuestra madre y la única patria real que tenemos?

Autor: Jesús Eloy García Polo

Muévelo

1 Recado

  1. Maravillosos rincones de nuestro querido planeta…..rincones que constituye una patria común para todos nosotros.

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