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Carta a Mariano sobre las maravillas de Barcino

Artículo de opinión. Jesús Eloy García Polo

La Sagrada Familia de Barcelona.

La Sagrada Familia de Barcelona.

Después de unos días en esta cosmopolita ciudad no puedo por menos que enviarte unas letras para animarte a que pases por estas calles y playas unos tranquilos días de vacaciones. Quizás te encontrarás con Artur al que escribí hace unos días. Ya sé que no mantenéis una amistad precisamente envidiable, pero quien sabe qué pasaría si os relajarais un poco por algunos baretos del Poble Nou, con unas birras catalanas y un pulpo gallego.

Tienes que salir más de casa. Lo necesitas porque tú eres un gallego de tierra adentro que se fue a Madrid a buscar fortuna y ahí te has quedado atrapado entre tristes tópicos y tapices reales. Después de tantos años de alfombras oficiales probablemente no sepas utilizar ni una tarjeta de crédito, ni tengas idea del precio de una caña o una ración de pulpo. Siempre tus pelamanillas se encargan de todo. Un poco de aire mediterráneo te refrescará la frente. Apártate de tu gente pepera en Catalunya y piérdete un poco con tus niñas por las calles del Barrio Gótico o de Ciutat Vella. Olvídate de la Rambla que ya parece un parque temático. Tus tópicos sobre esta gente irán desapareciendo uno a uno. Apenas verás banderas esteladas. Te encontrarás con muchas imágenes de Messi, pero también de tu apreciado Ronaldo. Si el Barça es más que un club, Barcelona es mucho más que el Barça. Pero te impresionará sobre todo lo bien que tienen montado el asunto del turismo. Sabrás que Barcelona es la ciudad española más conocida y admirada en el mundo mundial. Es la décima más visitada en el ranking mundial. Aquí llegan más de 8 millones de turistas cada año que se dejan casi trece mil millones euros. Mientras tanto, Madrid decae y está en la mitad de esas cifras en los dos campos.

Si te encaminas al Paseo de Gracia para ver la arquitectura modernista de Gaudí y sus amigos aún te quedarás más boquiabierto de lo espabilada que es esta gente. Verás largas colas de turistas para conocer la maravillosa Casa Milá (La Pedrera), previo pago de 20,50 euros. En 20 minutos habrán terminado y se marcharán a otra fila de enfrente para visitar otra obra emblemática, la Casa Batlló, por el módico precio de 21,50 euros. Algunos continuarán visitando otros edificios con menos renombre, pagando 15 euros por cada uno, hasta llegar a la Sagrada Familia, donde tras horas de espera, pagarán nuevamente 19.50 euros por una visita guiada . ¡Y nadie se queja! Con estos fondos siguen construyendo el espectacular templo que esperan que esté acabado la próxima década. “¡Qué bien montado lo tienen”!, pensarás. Y es cierto, pero no es por casualidad. Han hecho de Gaudí y el Modernismo el espejo donde se mira la ciudad entera. En Madrid no hay ningún montaje turístico parecido. Reconocerás que lo de los Museos termina siendo un poco aburrido. Y lo “De Madrid al cielo”, no es más que un buen slogan para las misas de tu amigo Rouco Varela en la Plaza de Colón. Hay que ser humildes, reconocer las cosas y aprender un poco.

Luego, para hablar con la gente, te olvidas de estas zonas tan turísticas y te tomas algo por la Barceloneta o el Poble Nou. Hace unos años aquí no sabían lo que era una caña con tapa. Hoy son unos auténticos maestros… e incluso con mejores precios que en Madrid. Ayer me tomé mi buena caña, con su pincho de callos a la madrileña ¡por 1,50!. Como te lo cuento, Mariano. Esto lo han aprendido muy bien en poco tiempo. Pero no son los tipos catalanes que tú piensas. Son los gallegos y extremeños, los paquistaníes y chinos, los colombianos, rumanos y … que están aquí establecidos haciendo de Barcelona la ciudad más acogedora y cosmopolita de España.

Barcelona ha reconvertido su plaza de toros de Las Arenas en un centro comercial.

Barcelona ha reconvertido su plaza de toros de Las Arenas en un centro comercial.

Te lo repito. Tienes que darte una vuelta por aquí para arrinconar tus tópicos de gallego provinciano. Hablando se entiende la gente, aunque a los gallegos os cueste expresaros. Artur y tú tenéis que hablar de regalías, de alcabalas, de tributos y de otros repartos del poder. Si hubierais tenido más ratos de conversación no habríais llegado hasta esta situación tan calentita. Ya sé que Artur es bastante estirado. Pero los catalanes, como todos en esta vida, necesitan sentirse queridos y valorados. La ciudad de Barcelona tiene que tener su espacio en el mapa político español. Esta bicefalia real debe trasladarse a realidad de la política y aquí debe haber instituciones que ahora están en Madrid. A Artur le comentaba que deberíais de empezar por traer aquí la Federación Española de Fútbol…, para terminar por reubicar también algunos ministerios, Tribunales Supremos o hasta … (¿por qué no?) a los mismos senadores, para qué se pregunten de una vez para qué sirven. Si tiene algún sentido el Senado, sería instalado aquí en Barcelona.

Visto desde más allá de nuestras fronteras, parece que España tiene dos capitales, tanto en el mundo del fútbol como en el real. Para que lo entiendas tienes que mirarlo desde fuera. “De lejos dicen que se ve más claro”, canta Serrat. Desde la Moncloa no ves más que el “pelotazo” de Florentino.

“En la playa de Barcino, frente al mar”, hoy llamada La Barceloneta, terminó sus aventuras caballerescas el hidalgo Alonso Quijano. Barcelona era por entonces una industriosa ciudad con reconocidas imprentas. Precisamente aquí al lado, en Tarragona, se había imprimido el Quijote de Avellaneda. Por eso, Don Quijote quiso enfrentarse aquí mismo a su alter ego. ¡Aprende Mariano! Hasta aquí lo quiso traer Cervantes para abrir al mundo sus andanzas y desventuras. Aquí gozaron don Quijote y Sancho de la Noche de San Juan y luego, la realidad de El Caballero de la Blanca Luna, les devolvió a la vida de un Alonso Quijano pobre, fracasado y moribundo. Retornó a su cuna, cual político honrado, idealista y derrotado en mil batallas… que vuelve melancólico al lugar de donde salió. ¿Conoces a alguno?. Un abrazo, Mariano, y ya me contarás…

Autor: Redacción Cuéllar

Muévelo

1 Recado

  1. Muy bueno Eloy. En siete años viviendo en BCN nunca jamás pude meterme en esos sitios. Ora había demasiada cola, ora no llevaba pasta… Personalmente, a mi me revienta la parquetematización de BCN. Sobran guiris y faltan viajeros, como tú.

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