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Desde el mar de Pinares: «Nuestra leyenda negra sigue viva»

Jesús Eloy García reflexiona sobre «nuestra leyenda negra».

Pocos libros me han revuelto tanto como el de Mª Elvira Roca Barea,” Imperiofobia y Leyenda Negra”, desenmascarando con datos todos los tópicos sobre la llamada Leyenda Negra. No solo por la documentación histórica que aporta desvelando mentiras o falsedades, sino porque deja muy claro la vigencia que hoy sigue teniendo en muchas actitudes, relaciones y sobre todo en la política actual. El último episodio de la Leyenda Negra lo están escribiendo Puigdemont y sus consejeros huidos, siguiendo puntualmente los pasos escritos ya desde el siglo XVI.

Pero veo que no soy solo yo el que anda revisando la historia que siempre nos han contado, sino que cada día aparecen en la prensa artículos y comentarios que tienen de fondo esta relectura de la Leyenda Negra desvelando los tópicos históricos que señala Elvira Roca. En el periódico de cada día aparecen noticias teñidas de esa Leyenda desde los “inocentes” comentarios sobre la Final de la Champions hasta los recientes estudios genéticos que demuestran que los holandeses morenos y bajitos no son descendientes de los “sanguinarios” soldados españoles de los Tercios de Flandes.¿Y qué decir de los californianos y tejanos retirando los monumentos de Cristóbal Colón?

Lo más penoso de la situación es la forma en que la Leyenda Negra ha contaminado nuestro ADN cultural. Cualquier intelectual español que quiera ser respetado debe hablar mal de casi todo lo español y ponderar sabiamente las virtudes ilustradas de allende los Pirineos. Hablan y escriben sobre nuestra incapacidad política para gobernarnos, nuestra inutilidad económica, nuestras pocas dotes para la ciencia, nuestra picardía y corrupción innatas, nuestra tendencia al escaqueo y la indolencia, nuestras formas religiosas o festivas medievales y trasnochadas, los métodos inquisitoriales de nuestros policías…

Todos son tópicos que aparecen cada día bajo diversas formas y en distintos contextos. Escritores de éxito, como Pérez Reverte, no dejan de utilizarlos constantemente, tanto en artículos como en novelas. Pero incluso el cosmopolita Javier Marías tampoco está exento de ellos. En España siempre da un lustre intelectual hablar mal de nuestras cosas. Sin embargo cuando es un extranjero el que escribe sobre cualquier tópico nos saltan todas las alarmas, se reinicia el programa “todo por la patria” y no le reconocemos ni la parte de razón que pueda llevar. Ha ocurrido recientemente con un artículo inglés que se reía de nuestra falta de puntualidad, la suciedad de nuestros bares o nuestra forma habitual de hablar muy alto. Cosas totalmente ciertas, en general.

Las novelas, películas e historias nos han hecho asumir nuestras barbaridades en la Conquista de América. Pero después de nuestro “exterminio” en los Cerros de Potosí, hoy en día el 80% de la población de Bolivia indígena. ¿Nos podemos asomar a Dakota y decir lo mismo? ¿Quién habla de las matanzas de indios a manos de los gloriosos americanos, de los ingleses en la India , del extermino sistemático de los aborígenes australianos o la guerra del opio en China, de las masacres holandesas en Sudáfrica y el Sudeste Asiático, de los belgas de Leopoldo II en el Congo?. Fueron auténticos genocidios. ¿Quién habla de la guerra imperialista de Napoleón contra toda Europa como un precedente de la expansión alemana del S. XX.? Traían “nuevas ideas” y los españoles éramos los bárbaros. Pero esquilmaron y robaron, como hicieron en Egipto y media Europa. Bien cerca tenemos nosotros el ejemplo del Convento de San Francisco o el saqueo de riquezas y enseres de plata y oro del Castillo. Catedrales y conventos sufrieron saqueos por todas partes. Pero los españoles continuamos siendo los atrasados y salvajes durante todo el siglo XIX. Durante el XX hemos sido los incultos y los pobres. Durante el XXI somos los corruptos de Europa. La Leyenda Negra sigue activa. Tiene más credibilidad en esta Europa un presidente golpista que un gobierno democrático.

Hay que recordar que en la pulcra Suecia este año no se ha concedido el Nobel de Literatura por un problema de corrupción y un lío de faldas. La prensa ha pasado de puntillas…¿Nos podemos imaginar cuáles hubieran sido los comentarios europeos si hubiera ocurrido con el Premio Cervantes? Parece que solo hay corrupción en España. Sarkozy recibió dinero de Gadaffi para su campaña, al igual que hace años Giscard D´Estaign recibió diamantes del dictador Bocassa. Pero la corrupción está al sur de los Pirineos. La sociedad italiana está carcomida por la mano de la mafia que llega desde los contratos de recogidas de basuras hasta la más alta magistratura. Luxemburgo e Irlanda firman acuerdos con las grandes multinacionales, como Apple, para que puedan robarnos a todos y establecerse tranquilamente en esos países, Pero es España la corrupta. La deuda italiana o la japonesa eran en la crisis superiores a la española y mayor su inestabilidad política, pero fue la prima de riesgo española la que se puso por las nubes y nos saquearon nuestros ahorros…

Elvira Roca apunta a la constante pervivencia de la Leyenda Negra. Los países que han mantenido un imperio con éxito no son perdonados por la historia y la venganza se cuece en las imprentas y los bancos durante siglos. No se trata de lamerse las heridas sino de leer todas las páginas de la historia

Autor: Jesús Eloy García Polo

Muévelo

1 Recado

  1. Sería posible una revolución mediática que abriera paso a la Esperanza? El afán de protagonismo de los medios por sus cuotas de audiencia son el látigo del buen hacer.

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