Editado Por Redacción Cuéllar en Jun 1, 2015

La plaza registró una pobre entrada a pesar del carácter benéfico del festejo.

El rejoneador sevillano Manuel Moreno fue el triunfador del Festival de Rejones celebrado en Cuéllar a beneficio de los damnificados por el terremoto de Nepal. El sevillano cortó tres orejas y mas allá del numero de trofeos demostró su buen concepto del toreo a caballo, y tuvo momentos realmente brillantes en todas las suertes y terrenos, siempre entrando por derecho y luciendo a sus caballos. El éxito de Moreno no fue igual en la taquilla y el festival no tuvo la afluencia de público deseada, ( menos de un millar de personas), a pesar del carácter benéfico del festejo.

Manuel Moreno templando la embestida del primero de su lote.

Se puede decir que lo hizo todo bien, con una perfecta monta y con un gusto exquisito a la hora de colocar el toro en suerte, para después clavar siempre arriba y salir de la suerte con temple, siempre ayudado por su excelente cuadra de caballos. Bien es cierto que el primero de sus novillos fue el mejor del festejo, con un buen son y que permitió lucirse en todas las suertes al sevillano, desde la salida donde templó su embestida en los medios, pasando por el tercio de banderillas donde el sevillano demostró con Farruquito, su sentido del sitio y el temple llevando al toro siempre muy toreado y encelado en el caballo.

Joao Moura cortó una oreja después de una faena vibrante.

Por su parte tanto Joao Moura como Manuel Manzanares, no tuvieron la misma suerte en sus novillos. Al portugues Moura le tocó un primero con poquita fuerza, frente al que tan solo pudo clavar con suficiencia, y en el segundo que tuvo mas movilidad, le valió para clavar siempre de frente, pisando terrenos muy comprometidos y llevar al novillo siempre muy encelado, cabalgando de costado, lo que le valió para cortar una oreja después de acabar su faena con un gran rejonazo.

Manuel Manzanares solo pudo dejar pequeños detalles de su clase.

Y en el caso de Manzanares no tuvo la misma suerte con su lote y tan solo pudo demostrar su clase en momentos aislados, eso si siempre acudiendo  al encuentro de frente y haciendo las cosas con mucha pureza como es la seña de identidad de su toreo a caballo. Así lo demostró cuando desde el público gritó un espectador torea !, y dejó un magnífico par en todo lo alto. Sin embargo, no tuvo suerte a la hora de matar, y se fue de vacío después de dos faenas con momentos intermitentes de buen temple y gusto. Los novillos de Hermanos Martín Alonso dieron un juego desigual, siendo el mejor de todos el lidiado en tercer lugar que tuvo buen son.