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Desde el mar de Pinares: Nacionalismos al ataque

Potando la estelada.

Son tiempos inciertos para los que vivimos tranquilamente en un rincón del mapa, sin pensar que nuestro pueblo es el mejor, ni que nuestra tierra es la más histórica, ni nuestra región la que encarna más valores y que además ni siquiera nos molestamos en poner nuestra bandera en el balcón de casa.

Hay quien echa en falta un nacionalismo castellano, pero nosotros ya tenemos la espalda doblada de sujetar banderas, espadas y cañones en guerras patrióticas, de religión o de conquista, que vienen a ser lo mismo. Hemos alumbrado emperadores, reyes y duques canallas, pero también hemos sido, siervos, trabajadores explotados y ahora en la modernidad hemos sido carne de cañón para vender tradición, valores eternos y un pasado de historia gloriosa. Por todo esto escuchamos hoy las voces nacionalistas como quien escucha una música tan pasada de moda que nos levanta una sonrisa burlona.

Ante una globalización que nos asusta, nos sobrepasa y, sobre todo, nos provoca un futuro de incertidumbre, el nacionalismo se ofrece como un refugio seguro, con los valores, tradiciones y las señas de identidad que supuestamente siempre han existido y han ofrecido una seguridad. Ante un mundo interconectado los nacionalismos vuelven a llamar al refugio de la tribu. Mi pueblo, mi gente, mi tierra…son valores esenciales. Los demás son extraños que nos explotan, nos atacan o nos roban y ponen en duda nuestros valores identitarios.

Hay que recordar que el nacionalismo fue un fruto del Romanticismo. Se buscaba un pasado glorioso, por supuesto atávico y medieval, de cada tierra, cuyo espíritu y valores se debían recuperar para volver a ese paraíso perdido (que nunca existió). Se inventaron las patrias y se puso nombre propio a tierras que hasta entonces habían pertenecido a grandes imperios. El nacionalismo fue un invento que luego fructificó en el siglo XX y terminó incendiando el continente, provocando todas las guerras que han llenado Europa de sangre durante más de cien años, hasta hoy mismo en Kosovo, por ejemplo.

El nacionalismo resurge cuando se alían políticos ambiciosos y sin escrúpulos con los viejos mitos de pueblos, tierras y patrias. Un ejemplo llamativo: Valencia y Baleares tienen la misma historia, la misma cultura, las mismas instituciones históricas, las mismas esencias, “casi” la misma lengua… que Cataluña, pero no han visto florecer el Nacionalismo. ¿Por qué? Incluso llegaron a ser el Reino de Valencia y el Reino de Mallorca, algo que nunca ocurrió en Cataluña. Aunque los textos escolares catalanes hablen ahora del Reino de Aragón y de Cataluña, ese reino nunca existió, en todos los documentos solo se nombra el Reino de Aragón, aunque los reyes fueran catalanes y vivieran en Barcelona.

Banderas española y catalana.

Encontramos una explicación porque fue en Cataluña donde surgió una burguesía floreciente en el S. XIX que pensó que les sería mucho más provechoso ´para sus negocios no padecer ningún control de un gobierno central. A partir de ahí comenzaron a reescribir y revisar la historia para adaptarla a las necesidades ideológicas de su presente. Otro tanto estaban haciendo los vascos.

Si echamos una mirada desde lo lejos, desde fuera de nuestras fronteras, observamos que la región más reconocible, con más identidad, con una cultura más propia y más extendida es…Andalucía, sin ninguna duda. Andalucía tiene unas características muy singulares en su historia, música, tradiciones, cultura popular e incluso en su forma de interpretar la lengua. Unas características mucho más identificativas y extendidas que en el País Vasco o Cataluña. ¿Por qué no ha entrado Andalucía en el juego del nacionalismo cuando tiene todas las cartas en la mano? Cualquiera que sea la respuesta nos da la prueba de que la ideología nacionalista es un invento añadido e interesado que puede ser aplicado a cualquier región de cualquier sitio. ¿Hay algún lugar más explotado y machacado por el gobierno central que Teruel, que se ha quedado hasta sin gente? ¿Y eso le justificaría para ser nacionalista?

Llega un tiempo en que la única identidad válida será la de ciudadano planetario. Todo lo demás serán asociaciones tribales, envueltas en intereses y banderas particulares, de espaldas a cualquier tipo de solidaridad más allá de la propia tribu. Si todos los problemas son ya globales las posibles soluciones tendrán que ser globales. Es muy difícil luchar contra el virus del nacionalismo porque se instala en el mundo irracional de las emociones, con el resorte de un prejuicio. Y Einstein nos advirtió que es más sencillo desintegrar el átomo que un prejuicio.

Opinión: Jesús Eloy García Polo

Autor: Opinion

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6 Comentarios

  1. Análisis brillante y certero…

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  2. Que buena reflexion Jesús, comparto tu brillante análisis.

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  3. Que buen repaso les has dado, si te lo leyera Sabino Arana Goiri, ya lo sacaria punta por algún lado, porque los que somos de aquende Sierra estamos ya hasta los mismisimos de todos estos trileros y salvapatrias con nombres y apellidos impronunciables, pero son tan cínicos, que se creen su propias mentiras, y bastante sudor y lagrimas se han derramdado para que nuestro país haya llegado donde esta y que cuatro iluminados miren por encima del hombro a los Teruel, Cuenca, Zamora o Albacete y se sigan midiendo su perimetro craneal.

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  4. Afortunadamente encuentro alguien que expresa lo que pienso. Que gran verdad.

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  5. Jesús has dado en el clavo. No se puede ser más claro y conciso para tratar el tema que nos mantiene a todos pendientes de esta sinrazón y nos hace olvidar lo que cada día es importante.

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