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La luz y colores del Eresma en la exposición del navero Pedro Cebrián

Pedro Cebrián da luz y color a la ribera del Eresma.

En Nava de la Asunción se puede visitar en estas fechas navideñas la exposición del pintor navero, Pedro Cebrián, en la que se pueden contemplar los  más recónditos paisajes de la ribera del Eresma. Sus cuadros están bañados por verdes luminosos, amarillos encendidos y sienas transparentes que dan luz a los rincones escondidos del río Eresma.

No es la primera vez que pinta el río, pero si la primera en que quiere celebrar la vida y la luz de este espacio bello y frágil con una exposición que cuenta con 12 obras de mediano formato de diferentes espacios y paisajes de la ribera. Tal vez su mayor originalidad esté en el punto de vista que sitúa al espectador en centro del cauce, como impidiéndole quedarse al margen, invitándole a formar parte de la corriente, a estar con los pies en el agua.

Durante el verano el autor ha recorrido por su lecho el cauce del río, andando entre las piedras, metido desde los tobillos a la cintura en su agua remansada, en sus rápidos entre las piedras, saltando los chopos caídos y apartando las retamas y los juncos de la orilla buscando un hueco para una parada y un dibujo. En la mochila los pinceles, las acuarelas, los lapiceros, la cámara y el silencio, un armónico silencio interrumpido por los pájaros y el sonido del agua, por alguna rana y pocos peces, por la nutria y el búho.

Cuadros de la exposición.

Pintados desde un realismo detallado de pincelada suelta, dominan los contrastes y los reflejos del agua, pero sobre todo esa luz del verano que se filtra por los árboles, se abre paso entre las hojas para brillar encendida sobre las gotas que sortean las piedras en la arena. Dice Cebrián: “podría decirse que son reflejos de belleza y que me disculpen los artistas más “modernos”, pero no creo que la contemplación deba estar en desuso sino al contrario cada vez estamos más necesitados de reflexionar en silencio, de dejar de oirnos para escuchar al río y con él a nuestro propio interior».

Como artista comprometido en la defensa el medio ambiente, Cebrián trata de defender el ecosistema amenazado del río Eresma, en peligro de olvido y maltrato. Un lugar que de niño fue su escuela, donde viven sus recuerdos y que poco a poco dice Cebrián: “ve deteriorarse y destruirse por la acción de una sociedad empeñada en sacarle rendimiento económico a un lugar cuyo beneficio real debería ser el que siempre ha tenido, el de ser naturaleza y armonía. Ojalá esta exposición sirva para que todos volvamos a amar y queramos defender este lugar extraordinario que es el río Eresma”, señala Cebrián.

La exposición se puede visitar en la Galería Estudio Arte de Nava de la Asunción, hasta el 5 de Enero.

Autor: Redacción Cuéllar

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