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Por el camino del Cid (5): Mas allá..tierra de moros

  • Rello

Desde Gormaz no puedo por menos de acercarme hasta Caracena. Los escasos 20 vecinos que hoy la habitan conviven con dos iglesias románicas, un espectacular castillo, un puente medieval y una fuente “romana”. Fue elegida en 981 por Almanzor como centro base para todas las operaciones bélicas en la zona. Pasó a ser cristiana un siglo después, se repobló por el sistema de Comunidades de Villa y Tierra y ocupó un lugar destacado en la ruta de la lana, por la riqueza de sus pastos. Es uno de esos pueblos que siempre merece un desvío y una visita. Al mismo tiempo colaboramos para mantener abierto el voluntarioso bar, donde se puede acordar tanto un menú como una visita a la iglesia de S. Pedro, que está al lado.

Luego vuelvo a retomar el Camino en Berlanga de Duero. Es otra villa castellana que hace de estos rincones de Soria-Burgos uno de los lugares más ricos en patrimonio de la Castilla profunda. El castillo vuelve a ser espectacular, cosa normal por estas tierras. La mayor parte es posterior a las batallas de moros y cristianos, porque las peleas civiles continuaron siendo constantes. Está rodeado por una extensa muralla del S. XVI. Además de la Colegiata, la judería, otro palacio…lo que más me reconforta es la plaza y su calles con soportales, que se convierten en verdaderas señas de identidad de estos pueblos que hicieron nuestra historia. El bar está lleno, se ve gente por la calle, señoras que salen de misa, hay Cuartel de la Guardia Civil…¡hay vida!

Continúan apareciendo pueblos con joyas románicas, como Aguilera o Brías, pero hay que volver a desviarse para encontrar el mayor tesoro de esta zona. Es la ermita mozárabe de San Baudelio de Berlanga. Fue levantada en torno al año 1000, como todas las de este estilo, por cristianos huidos del Califato andaluz. De verdad, es la única que se puede decir que es única. El exterior es muy sencillo como todo edificio musulmán, pero el interior…

La techumbre se soporta con ocho arcos de herradura que apoyan en una gran pilastra central, al modo de una palmera que acoge a los sudorosos caminantes. Dispone también de otro compartimento, un coro, que recuerda una pequeña mezquita. Pero lo más valioso son las pinturas que llegaron a cubrir todo el interior. Fueron vendidas en 1922 y terminaron en diversos museos americanos. Auténtico expolio legal. Una parte ha sido recuperada por el Museo del Prado. Después de un rato sentado en el interior, tras el regocijo por el espacio, dan ganas de llorar al contemplar todas las paredes que se enriquecieron de las coloridas pinturas románicas. En fin. Así somos, bastante salvajes, como todos.

Ya me adentro por las tierras más perdidas y menos visitadas de Soria. Los molinos de viento son los nuevos habitantes en estas sierras. Todavía quedan dos pueblos sorprendentes, cuyo único pecado es estar lejos de todo y de todos. El primero es Rello, al que he vuelto varias veces, por lo sorprendente que me resulta. Encontramos un castillo desvencijado y una muralla que rodea todo el pueblo en lo alto de un risco pétreo. Impresionante.

Todas las casas son de piedra, algunas recuperadas. A la entrada hay dos señoras al sol, cada una con su cuidadora sudamericana. Hablando del abandono del pueblo una de ellas me comenta que si hay luz eléctrica se debe a que ella y su marido escribieron al Rey y a Felipe González, en los años 80. Lo comenta orgullosa y no es para menos. Si un día se recupera por completo el pueblo de Rello pasará sin duda a la categoría de los pueblos más bonitos de España. ¡Que tiemble, entonces, el famoso Castellfollit de la Roca! Hoy es una sombra de lo que fue… y de lo que será.

Soltaron las riendas y se pusieron a andar,

Cercano está el plazo para el reino dejar.

El angel Gabriel en sueños le anima a cabalgar:

¡Pues nunca en tan buen momento cabalgó varón!

Mientras que vivieres, bien saldrá lo tó.

A la mañana siguiente se ponen a cabalgar,

Ese día tiene de plazo, sabed que ni uno más,

A la sierra de Miedes ellos fueron a acampar

En ese último día el Cid, con sus trescientas lanzas y otros hombres de a pie, pasó por Retortillo de Soria, otro lugar para dejarse sorprender, con un caserío bastante grande, murallas, puertas con defensas en cilindro y una torre de la iglesia con un tejado restaurado, por el que debieran hacer ingresar en prisión a los arquitectos. ¡Qué horror!¡Válgame el Mío Cid!

Aquí comenzó El Cid el ascenso a la sierra de Miedes. Hoy está dominada por la tecnología eólica que exhibe sus nuevas lanzas al viento buscando algún futuro para los habitantes.

Pasaremos la sierra que es fiera e grand

La tierra del rey Alfonso, esta noche la podemos dejar,

Después el que nos busque hallarnos podrá.

Dejaron esta “Tierra de nadie”, porque no pertenecía con claridad a ningún reino, y pasaron a zona enemiga, en un doble sentido. Por un lado, era tierra de moros y por otro, pertenecía a la Taifa de Toledo, que a su vez pagaba tributos (parias) al rey Alfonso. Hoy continúa siendo tierra de nadie y sin nadie. En la Edad Media para repoblar estas tierras se concedían medidas fiscales y derechos políticos que no disfrutaban otros lugares. Es algo a recordar si nuestros políticos, tras tanta palabrería, quieren que se instalen nuevos repobladores. Casi todo está escrito en la historia. Los impuestos a rebajar en estas zonas hoy se llaman IVA, IBI, IRPF…por si acaso no lo saben.

Autor: Jesús Eloy García Polo

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